La vasta cantidad de diseños web que anuncian un producto o servicio no siempre logran los efectos deseados, sobre todo si se trata de influir en el consumidor con un llamado a la acción, ya que -en estos días- la decisión de compra abarca múltiples factores más que el simple hecho de que un diseño web se vea bonito. Desde luego, existen miles de percepciones, emociones y experiencias del entorno cultural, social y personal las que generan en el individuo un sinfín de significados en su mente que luego determinarán un tipo de conducta o patrón al momento de realizar una compra. Este tipo de acción ha llamado la atención en los últimos años en el campo del neuromarketing, que busca aplicar sus estrategias en el espacio virtual.
Si nos basamos en lo que dictan los teóricos del neuromarketing, el consumidor primero piensa, luego siente y por último decide el producto o servicio que se acomode a sus expectativas. Ello, en función a una serie combinada de sensaciones cognitivas y afectivas que tendrán como resultado dar el último paso. En buen cristiano, se trata de captar la atención del subconsciente del usuario desde la página web para incrementar o mejorar las conversiones o indicadores que hemos asignado a nuestro sitio. Sin embargo, en la esfera web 2.0 parece olvidarse este punto, tal vez por desconocimiento del tema, pero si nos guiamos en algunos ejemplos que ya se realizan como en supermercados, packaging, entre otros, notaremos que estas técnicas aplicadas al diseño web resultan imprescindibles para el plan de negocio de tu compañía y en específico para el modelo de analítica planteado en el desarrollo web de tu empresa.
La cuestión medular radica en satisfacer las reales necesidades del receptor (usuario online), siendo el punto de partida para ello la Validación Social, que consiste en valorar las experiencias de otras personas hacia tal producto o servicio, pues está probado que las opiniones de otros compradores nos condicionan, así como las páginas que incluyen calificaciones de un artículo en su sitio elevan sus ventas en un 20%.
Un segundo aspecto es añadir datos estadísticos, gráficos que incluyan en la web las recomendaciones de otros para estimular al público aspiracional, como por ejemplo “el 80% de quienes compraron X también eligieron Y”; estas referencias suelen promover las ventas, así lo demostró Thefootballshirt.com cuando usó la información de camisetas vendidas y número de vistas para incentivar a demás personas a que su compra será la correcta.
No obstante, adquiere mucha relevancia dentro del diseño web el orden de los productos, dentro de esta cobra importancia el manejo de los precios, ya que los artículos que están primeros tienen más chances de ser vendidos, en especial si son costosos. A su vez, es necesario no abrumar al usuario con varias alternativas pues podría sentirse indeciso, simplificar es la clave. Por otra parte, utilizar expresiones de escasez de producto o de tiempo motiva a las personas a la acción. Frases como “Oferta por tiempo limitado” o “hasta agotar stock” son muy efectivas.
Otras acciones interesantes son los testimonios (historias) que hablen acerca de los beneficios del producto o servicio en el que se puede también incluir a personas comunes como protagonistas; asimismo, se puede llamar la atención del usuario a través de mensajes que lo involucren directamente con lo que podría hacer del producto, pues para atraer al potencial comprador importa no lo que dices, sino cómo lo dices.